Por Myrna Dickson
Fue un 28 de enero cuando la conocí. ¡Que más da si nació Martí! Fue en la casa de un amigo que a veces suele ser sincero.
Antes del fortuito encuentro tuvimos alegrías, sueños, llantos, anhelos, como cualquiera.
Hasta la estrella enigmática de un 31 de diciembre declaró la suerte que poco a poco devino ser.
Cada encuentro agita femeninos pechos que renuevan las calles donde crecimos, juntas transitamos para ensordecer el bullicio de la ciudad polvorienta donde vivimos.
Sumidas en una multitud isleña, capitalina, enfrascada en el pan y los billetes del lejano vecin@.
Gente linda, gente fea olfateando novelas baratas a pico de regalías que… de una manera u otra premian el golpe de seis décadas.
Multitud isleña, capitalina compacta por disímiles generaciones prendidas a un barco velero que gritan a puro silencio. ¿Se cae o no se cae?
Anunció:
#generación A: …ya se va aquella edad…La de la ceguera y añoranzas.
#generación B: La que fabricó su madurez entre frustraciones.
#generación C: ¡Como se vieron horrores! La que sobrevivió al desespero acompañada por sus herederos.
Ahora esta, generación D: Dimensionando reggaetón, móviles, ilusiones ópticas. Atrapando espacios, a como dé lugar.
Y…en esta misma ciudad, entre esta multitud de constantes y fugaces generaciones, tentaciones provocaron la ida y venida a hurtadillas de estas dos mujeres.
Un mancebo e infantes esperaban en la casa de una.
Un vacío sin regreso mortificaba la mente de la otra.
Cuántas justificaciones inventadas, mañanas, tardes, madrugadas para amarnos fuera de camas.
Ella Siria. Mujer de belleza rara, intensa, rostro duro, brazos cruzados. Crea sin cesar. Voz como relámpago que asusta y calma lo oscuro del camino al andar.
Yo Myrna. Agua azules, compasión, espíritu liberto, misterio de silencio contagioso, risa que inspira besar, fusión hasta parir Amor.
Listen to me!
También llegan las controversias, confusas miradas, nubladas sospechas.
En tiempos prematuros una ruptura por más de seis meses, sin querer nos movió.
Siiiiii por qué no. Llegó un viaje a una de estas #DobleNegras. De esos que todos añoran, al norte brutal, revuelto, apetitoso, a rasparle las entrañas al monstruo.
Como es de esperar hasta chismes de vecin@s llegaron sin avisar. Algun@s soplan murmullos como este.
-Claro, “Cualquiera se vuelve cosita de esa (tortillera) porque la novia viaja al YUMA cantidad”.
En momentos nos sentimos vulnerables hasta el ahogo. Suerte de tener a Iracema noche a noche colgada al hilo telefónico.
Amiga Iracema, entreverada en su propio destino como lumbre nos propone que flotemos en el espacio sonoro de Silvio, que repasemos a Raulito mientras piensa #Fénix de Cristal, hasta caer en el embrujo de Buika cuando resplandece #Santa Lucía después que perdonemos Alejandro Sáez martillando #Te quiero mía.
Final…no, no, no…
Estas #DobleNegras siguen envueltas en duendes. Llenas de jubileo, echándole ganas a la vida, entre conflictos aprendidos y otros despojados. Abrumadas de tanta mierda juiciosa voceando si somos familia o no.
Asumiendo a fiñes pequeños y grandes de nuestras vaginas o cacareando con nenes de tías en turno.
Cuidamos dos años y medio Alzheimer de Celeste Cristina Dickson Rodríguez, la que en vida fue mi madre.
Entre mimos, caramelos y baños renegados a los 89 abriles se nos fue, con paciencia entre manos, tranquila, sin agitarse.
Nos dejó sus fuerzas chispiantes, risas y la casa que hoy llamamos mirArte.
Pasión por dentro, nunca se sabe de dónde sale, ahora sé de dónde viene.
Allí en Casa Tomada a puertas abiertas charlamos de negritud, sueños sin bloqueos, de feminismos en todas sus variantes.
Entre óleo, acrílicos y lienzos suena la rumba que salta ángeles.
Rumba que callan risas.
Rumba que trae el batá de mis canciones, como la música que retumba risas calladas.
Para ustedes.
Besos miles, abrazos gratis.
Ashe, ashe, ashe, amén.
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Este poema fue publicado originalmente en la página de Facebook de Casa Tomada Mirarte y se reproduce con la autorización de su autora.
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