Foto de portada cortesía de Ray Viero
Ray Veiro es un poeta joven cubano, nacido en Seibabo, en 1998. A sus 22 años es ya merecedor de varios reconocimientos. Recientemente fue seleccionado para formar parte de la Beca Can Serrat 2021, de España; también ha sido finalista de la Beca de Creación Casa Seoane 2019, Primera Mención en el concurso de narrativa La Gaveta 2019 y Finalista del I Premio de Poesía Editorial Hypermedia 2019.
Actualmente cursa la Licenciatura en Historia del Arte en la Universidad de La Habana. Le interesa saber ¿Quién mató a Ana Mendieta? y Cómo puede ocurrir la Kénosis, dos proyectos que el autor define como libros-procesos que unen el performance con la poesía.
Vive y escribe en un edificio viejo de Centro Habana, pero ha vivido en muchos lugares. Cuenta que desde pequeño estuvo mudándose de campo en campo, de ciudad en ciudad con su madre, que fue una madre soltera. Los recuerdos y sentimientos de estas mudanzas los ha dejado plasmados en un pequeño poemario titulado Adentro, del cual dice el propio autor que habla del no encajar.
Los tres primeros poemas escogidos, y que pertenecen a Adentro, rezuman un poco esa angustia de cualquier niñe de campo, su soledad y silencios, más si ese niñe no encaja en la heteronormatividad ni muestra simpatía por los roles que la sociedad le impone.
El tercero de estos poemas lo escribió específicamente pensando en Seibabo, “el campito donde yo nací y donde más tiempo pasé”, dice el autor, y cuenta: “después de mucho andar por diferentes provincias, mi mamá y yo terminamos regresando a ‘casa’. A la casa siempre le faltó algo: el padre, los hermanos, los perros que iban y venían… Creo que nunca tuve ese modelo de familia moderna y pasé mucho trabajo para comprender que otras formas de familia también estaban bien”.
I
Eres un peligro para un país una ciudad un barrio una casa y un peligro para ti mismo. El dolor hace que tus manos quieran estrangularte hace que tu lengua quiera doblarse el dolor vuelve el peligro vuelve el delirio se queda Ya no diferencias el aire venenoso. Todos quieren hacerte daño y es verdad Todos quieren hacerte daño.
II
En mi cultura es sano tragarse las palabras los deseos la rabia la verdad la mentira Trágate estas palabras y no testifiques contra nadie sino contra ti mismo. Condénate a la ingesta perpetua de ti mismo. Abrázate después de todo perdónate.
III
Solo de violín mientras mi padre me marca la cara con leñas en llamas Solo de piano mientras mi madre deja cocer un huevo en harina caliente Solo de saxo para las tías con tetas agrietadas amamantándome hasta los doce años Solo de mí vacío de mí el árbol recordará el contacto.
Por último, les comparto Matria, un poema que, según nos cuenta Ray, escribió días después de la marcha independiente del 11 de Mayo de 2019, cuando aún circulaban imágenes de los arrestos de activistas por los derechos LGBTIQ+ y de otras personas que asistieron ese día. Confiesa haberlo escrito en un estado de confusión e intentando conectar otras experiencias de manifestaciones en nuestra historia cívica.
Matria
Callejones pasillo pasos de escalera Conocí amigos imaginarios comiendo en latones de basura novios restregándose en la suciedad húmeda pudor/hedor: todo el asco del mundo conocí. Fuimos cuerpos en tránsito Protestando jadeando aguantando Todavía puedo como buen perro que soy oler el miedo de aquella noche de aquí no escaparás la ley es la ley eso dijo nada entra nada sale solo la tonfa de aquel policía venido de tan lejos a romperme las entrañas: partió en dos la cachemira botó mi vida en blanco. ¿Cómo se recompone ahora todo lo que de mí fue extirpado? Matria y si mutilan mis brazos que germinen hermanos y si me sacan los ojos que germinen hermanos y si no vuelvo a ver a mis padres que en su lugar germinen hermanos Vamos corriendo sangrando por la nariz vamos planeando cómo sucederá el amor a las doce de la noche vamos escabulléndonos de la ceguera por tanta luz Somos un ejército unas criaturas de alcantarilla una jauría de perras sarnosas soltando las miasmas bajo el sol supurando colores un día cualquiera desvaneciéndonos deshaciéndonos vaciándonos en este paseo que alguna vez tuvo nombre de reina: ¿di, mamá, tú sabes que cosa es reina? y si no vuelves a vernos ni de día ni de noche Matria haz que germinen hermanos de las siluetas de nuestra existencia es decir de nuestra ausencia.
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