Vidas trans-formadoras de comunidades

,

Andy llegó a la Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM) de Matanzas de la mano de su mamá Ileana, que ya no sabía qué hacer para que la aceptaran en algún trabajo donde pudiera estar tranquila, a salvo de los malos tratos y el constante desprecio que amenazaban con arruinar la vida de su hija.

“Lo acusaban de antisocial pero cuando iba a las entrevistas de trabajo y veían que usaba ropa de mujer lo rechazaban. Si salía a caminar de día le gritaban cosas ofensivas, si salía de noche pensaban que se estaba prostituyendo. Si alguien robaba en algún lugar enseguida los recogían a ellos porque asumen que los trans son delincuentes”.

En ICM encontró “el único lugar en el que lo acogieron y donde él… –rectifica apenada– mejor dicho: ella, se ha sentido aceptada y cómoda”. Cuando Andy está en la iglesia Ileana respira con alivio y ahora que trabaja en el templo, reconoce que se ha vuelto más responsable porque siente que confían en su persona, ve que la quieren.

Dice Andy que la primera vez que entró a ICM se sintió cohibida porque nunca había ido a una iglesia. Incluso reconoce que al principio no le gustó mucho porque como no estaba acostumbrada a ese ambiente le parecía un poco aburrido.

Sin embargo, después empezó a gustarle. Poco a poco fue comprometiéndose hasta que se convirtió en la primera mujer trans bautizada en Cuba y en la actualidad su historia personal es un ejemplo para todas las personas que en algún momento han sido rechazadas en las instituciones religiosas por tener una identidad de género diferente de la norma.

Andy comenzó a ir a los cultos con 21 años y por lo que cuenta Elaine Saralegui, pastora de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, incluso en la única iglesia cubana que tiene un ministerio radicalmente inclusivo de las personas con identidades sexuales diversas hubo que trabajar con la congregación para que aceptara a la nueva integrante sin imponerle límites a la expresión de su identidad.

“Los viernes es el día que la comunidad LGBTIQ+ de Matanzas va a Las Ruinas y era común que las personas después de la iglesia siguieran para esa fiesta. Andy venía maquillada, en vestido y tacones, por lo que los primeros conflictos comenzaron con quienes no aprobaban la manera en la que ella se vestía para venir a los cultos”, explica.

Según la propia pastora Elaine Saralegui, la llegada de Andy a la iglesia representó a la vez un reto y una oportunidad para el crecimiento espiritual de la comunidad.

“La gente supuestamente entendía que ella fuera trans, pero no como se vestía o se proyectaba, por lo que aprovechamos esa oportunidad para enfatizar en nuestra iglesia el diálogo sobre las diferentes identidades que existen dentro de los colectivos LGBTIQ+ y el derecho de cada persona a expresarlas libremente”.

El bautizo de Andy fue el cierre de ese proceso de desarrollo espiritual, pues no solo representó la bienvenida ritual de la joven como miembro de la iglesia sino que marcó un punto de madurez para la comunidad, que mediante el primer bautizo a una persona trans, se hizo más consciente de su misión.

Como en el año ­­­2016 ICM aún no contaban con un templo propio, realizaron la ceremonia en la capilla de la Primera Iglesia Bautista de Matanzas y por primera vez Orestes Roca, pastor de la congregación bautista y Decano del Seminario Evangélico de Teología de Matanzas, ungió con aceite a las personas recién bautizadas entre las que se encontraba Andy.

“Pedí que me bautizaran porque quería ser parte de ICM, ese día fue un momento especial en mi vida e hice el compromiso de convertirme en una persona trabajadora, responsable”, explica Andy.

Sobre si esta experiencia fue conflictiva en algún sentido para él, el pastor asegura que de ninguna manera porque en definitivas el bautizo es una profesión de fe, no importa quién seas: si confiesas a Jesucristo como el señor de tu vida, eres libre para bautizarte y ningún pastor o pastora bautista debería negarse a realizar la ceremonia.

De hecho, según el reverendo, el pasaje bíblico del que las denominaciones bautistas toman esa teología es el de un eunuco, que también tenía una sexualidad diferente. El texto narra que él venía leyendo el libro del profeta Isaías por el desierto y Felipe, uno de los primeros diáconos, se acercó por mandato del Espíritu y lo bautizó luego de que este confesara que creía en Jesucristo.

Para Orestes es una bendición de Dios que exista una iglesia como ICM, que hace bien a las personas, que les permite sentirse protegidas y liberadas.

La pastora Elaine asegura que el bautizo visibilizó a Andy, con su identidad, en un contexto religioso y la ayudó a sentirse parte de un proyecto, transformándolo al mismo tiempo, haciendo crecer su misión y profundizando su compromiso con la lucha por los derechos de todos los colectivos LGBTIQ+, sin excepciones.

_

(Tomado del blog de Somos ICM en Cuba)

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Crea un sitio web o blog en WordPress.com

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: