Foto por Miriel Santana
“Muchas veces escucho: ‘¿Pero, pastora, qué pasa si realmente mi mamá tiene razón, si al final de cuentas yo voy al infierno?’ Se crea una duda y para nosotres quedan muchos dolores dentro”.
Pocas personas han escuchado el término “violencia espiritual” pero todes la hemos padecido, uno de los temas en los que insistió Alba Onofrio, reverenda y co-directora de la organización Soulforce, durante su presentación en la VII Jornada Socio-Teológica: Identidades Sexuales y de Género no Hegemónicas, que celebraron Abriendo Brechas de Colores y la Iglesia de la Comunidad Metropolitana este 14 de diciembre en Matanzas.
“Para nosotres, la violencia espiritual es el daño emocional, psicológico y espiritual causado por ideologías religiosas y sociales que niegan la autenticidad y el valor sagrado de una persona. Se ejerce cuando utilizan el nombre de Dios o una postura religiosa para decir que tú no mereces la dignidad de un ser humano”.
Una gran parte del trabajo que realiza Soulforce, según explicó, está dedicada a desmontar la idea que se ha construido de Dios durante siglos, que para diversas comunidades opera de una manera tan violenta como las armas.
“Nos están robando la divinidad del cristianismo, por eso, como personas de fe, tenemos la responsabilidad de rescatar a la Diosa, el Dios, la divinidad, que nos pertenece porque les están utilizando de una forma que ha causado daño por mucho tiempo”.
Soulforce (Fuerza del alma, en español), es una organización LGBTQI+ sin fines de lucro, ubicada en Estados Unidos, que al decir de Alba no está vinculada a una fe en particular, pero que trabaja con énfasis en el cristianismo porque es la religión del poder y a ella misma, como pastora cristiana, le importa mucho esta área.
Hasta hace unos años hablaban de fundamentalismo cristiano, pero explica que perdieron a muchas personas de fe que malinterpretaban el término como una crítica hacia los fundamentos de la religión, que sí compartían, por lo que desde hace 3 o 4 años comenzaron a trabajar la concepción de supremacía cristiana.
“Creemos que la supremacía cristiana es lo que sucede cuando los sistemas políticos forman una relación parasitaria con el cristianismo, sin embargo, para nosotres eso no es cristianismo sino el uso de la religión, de sus ideas, su cultura, sus textos sagrados, la infraestructura de las iglesias para promover cierto tipo de poder”.
“La moralidad que promueve la supremacía cristiana permite, por ejemplo, que muchas personas que se identifican en Estados Unidos como buenas cristianas apoyen a un gobierno que le quita sus hijos de cuatro meses a sus madres y padres en la frontera. Tiene que haber una moralidad detrás que diga que lo merecen porque no son iguales como seres humanos”.
Según explica esta pastora queer, comenzaron enfocándose en la orientación sexual y ya incluyen el género, pero la idea es que las luchas están conectadas porque el cristianismo pone sus valores morales en todos los campos.
“En el área ambientalista, hay una moralidad de supremacía cristiana que dice que está bien dominar y abusar del planeta. Es la misma ideología que dice que solamente hay dos géneros o que las mujeres no tienen derecho a decidir sobre su propio cuerpo”.
Una de las principales acciones que realiza Soulforce es la producción y distribución de recursos político-teológicos para que las personas LGBTIQ+ se acerquen a la religión y a la Biblia en particular desde una perspectiva liberadora y de sanación.

Los recursos sirven para “defenderse contra la ideología que viene y nos dice que es la palabra de Dios y siempre ha sido así. Ofrecemos historias básicas que pueden encontrar en muchos seminarios y libros pero no llega a la gente, entonces estos están escritos de tal manera que la gente puede leer y aprender un poquito más”.
“También nos enfocamos en las partes de la Biblia que se utilizan más contra la comunidad LGBT, como el pasaje de Sodoma y Gomorra, que todavía se utiliza en muchísimas partes del mundo para decir que no podemos tener ningún derecho porque Dios dice que somos malos por lo que pasó con Sodoma y Gomorra”.
Para la co-directora de Soulforce, es imprescindible utilizar una ética feminista y cuir para interpretar lo que existe y buscar respuestas que no podemos encontrar en la Biblia tal como ha sido traducida y reproducida por los discursos tradicionales.
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