Reproducimos este post de Facebook, publicado el 31 de marzo, con el consentimiento de su autor Verde Gil, vice-coordinador de la Red Transcuba en Villa Clara.
¡Este 31 de marzo luchemos por visibilizar las metas que nos faltan, reivindicar nuestros derechos ciudadanos y mostrar los pasos de avance que damos hacia una sociedad más inclusiva!
Este año quiero dedicarle en particular la publicación por el día de la Visibilidad Trans al tema de los uniformes escolares y laborales, haciendo un llamado a la aprobación de políticas inclusivas que ayuden a combatir los estereotipos de género y a las personas trans a sentirse más plenas y saludables.
Me alegra profundamente enterarme que varios de mis colegas trans mujeres y hombres en Cuba utilizan en sus centros laborales y escolares los uniformes acordes a sus identidades de género. Sin embargo, hago notar que son mayoría los casos en los que las personas trans nos hemos visto limitadas (y forzadas) a usar el vestuario que nos es asignado según nuestro sexo biológico. Esto trae consecuentemente la profundización de miedos, inseguridades, complejos, disforia… malestar que puede llegar al punto de convertirse en un obstáculo tan fuerte como para hacer que las personas trans renunciemos a los estudios y/o empleos.
Téngase en cuenta que en el caso del uniforme escolar se trata de más de una decena de años, casi día tras día, utilizando un vestuario que confronta con nuestra identidad sentida.
Dicha realidad está matizada por varios factores culturales que van desde la incomprensión social hasta la transfobia:
- En el entorno familiar padres y madres impiden que sus hijes vistan como desean y les obligan a asumir un canon estético cisnormativo.
- Existencia de vacíos en los reglamentos escolares/laborales sobre el uso del uniforme y el aspecto físico. Reglamentos que todavía se rigen por criterios sexistas y retrógrados.
- La insuficiente educación para el respeto a la diversidad de género (invisibilización de la transexualidad) en nuestras instituciones educativas, llevando a que los espacios públicos sean entornos hostiles y de constante bullying para las personas trans.
Alrededor de estas ideas existen detractores de todas las gamas. Pero soy de los que aboga por sumar derechos (y no restar), de los que defiende normalizar el uso de los uniformes según el deseo de cada quien con su bienestar, y no por los genitales que tenga al nacer. Una libre elección que debe existir, por supuesto, también para las personas cisgéneros.
Es evidente que más que nuevas normas, se requiere de un perseverante trabajo educativo y de sensibilización que nos ayude a desprendernos de tabúes, estereotipos y todo tipo de construcciones culturales sexistas. De nada serviría que nuestros organismos institucionales establezcan garantías para las personas trans si seguimos cultivando, justificando, perpetrando… con nuestra conducta cotidiana, antivalores que atentan contra el respeto a lo diverso. Pues aun cuando una persona trans decida (o pueda legalmente) imponer su deseo de llevar el uniforme que prefiere, la presión social de las familias, amigos, tutores y jefes, le puede hacer desistir de esta idea. Y entiéndase por presión: violencia física, psicológica, verbal, económica y otras.
Aprovecho este mensaje para extender mi apoyo a todas las personas trans que se sienten frustradas, deprimidas, e impedidas de desarrollar libremente su personalidad; asimismo exhorto a las familias cubanas a que apoyen, acepten, amen y respeten a sus hijes sin importar cuánto subviertan con su imagen el binarismo hombre-mujer o los significados de una prenda.
Adjunto a esta publicación varias fotos de colegas trans masculinos cubanos que nos decidimos a ponernos uniformes de distintos niveles de escolaridad y centros laborales. Una experiencia súper divertida y reconfortante, pues pudimos vernos por vez primera con las camisas y pantalones que años atrás hubiéramos querido llevar… Este ejercicio performático despertó un rico debate entre nosotres acerca de cómo lidiar con complejos físicos y sobre la manera de luchar desde los activismos por políticas más inclusivas. Me siento muy orgulloso de formar parte de la Red Transcuba Nacional y del trabajo de apoyo y acompañamiento que nos entregamos día a día.
Sumo también la foto collage que figura en nuestro grupo de whatsapp Trans Masculinos de Cuba (donde debatimos sistemáticamente sobre nuestras realidades: machismo, sexismo, hormonas, binders, prótesis, relaciones sexoafectivas, experiencias laborales, hobbies, etc.) y que hoy llevo dichosamente de foto de perfil.

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