La obra de teatro Diarios del miedo, de Ricardo Sarmiento, es una exploración sobre el miedo como mecanismo de dominación y las relaciones Sexualidad — Estado, según explica su propio autor.
La pieza, que se estrenó en La Habana en julio de 2019, investiga las relaciones de individuos con las autoridades militares y las fuerzas represivas a partir de tres eventos que ocurrieron en el lapso de un año, de 2018 a 2019, en La Habana, Cuba:
Un accidente aéreo. Las manifestaciones de los estudiantes del Congo reclamando su estipendio. Un concierto cualquiera en algún lugar de la ciudad.
¿Cómo evoluciona el miedo en una sociedad? ¿Cuánto nos preocupamos por que nos vigilen? ¿Qué sucede cuando la mayoría comparte los síntomas de la apatía política a la hora de hacer públicas sus opiniones o decisiones?
La pieza propone un encuentro íntimo que aspira a ser manifestación, donde el acoplamiento de los cuerpos explora el movimiento como primera respuesta a la sensación del miedo.
¿En qué estados físicos no se siente miedo? ¿Cuándo fue la primera vez que comenzamos a sentirlo? Al decir de Sarmiento, Diarios del miedo quizás sea una experiencia perturbadora, pero al mismo tiempo edificante, porque miedo ya ha habido suficiente.

Un día de mayo o junio de 2019 en la escalinata de la Universidad de La Habana hay un concierto Probablemente por el comienzo del verano Definitivamente no por el orgullo gay No sé si es noche de solsticio pero va a ser noche larga Y hay una masa delante del concierto Y una tarima donde un músico toca sus temas para que supuestamente la gente mueva la cabeza así en todas direcciones Las calles están cerradas Armaron un set de luces un poco extraño porque parece estar hecho para que lo disfruten los concertistas y no el público Hay una separación entre los músicos y el público Unas vallas y policías Hay Aproximadamente unas doscientas personas del lado de acá de la valla La mayoría inmóviles De Pie Mirando el concierto Dos o tres en algunos puntos bailan tímidamente sin hacer mucho ruido Y a un lado y al otro de la multitud hay policías Muchos policías Yo diría que hay como doscientos policías Tantos policías como público Custodian las calles Miran como mismo el público el concierto y el público Tienen sus bastones y sus walkie-talkies y tienen también sus patrullas y además hay dos camiones uno en San Lázaro y otro en Neptuno de esos que se usan para cargar a la gente Y un muchacho que había invitado a su cita Para que viniera a bailar con él Atraviesa la multitud De un lado a otro Le mira la cara a Mella Le mira la cara al alma máter Y sí Definitivamente aquí no le dan ganas de bailar Y se toca el bolsillo para tener seguro De que anda con carné y detrás del carné hay unas monedas de un cuc que tienen relieve de Guamá la villa turística que lleva el nombre de Guamá el indio turístico en la historia turística Y pasa de lado a lado Con camiseta Claro Con sandalias Claro Es blanco Claro Y mira las luces y los árboles y el panorama Claro Como si él no viviera allí Como si él fuera un sujeto turístico en La Habana Y mira el concierto Con asombro y barbita Rica moda turística Como si él no hablara una gota de español ni supiera quién es ese que toca ahí y que bueno él se sabe las canciones y qué raro le parece que nadie baile y qué raro le parece que haya tantos policías y qué raro que no haya cola en el Bicky la dulcería de dulces finos que es restaurant y bar también y que él -Él a esa dulcería le descarga Pero cuando atraviesa la multitud Se le quitan las ganas de bailar Por lo menos bailar ahí En tu cara Al lado del carrito verde Ganas no le dan Porque quién baila al lado del carrito verde Tú quieres que yo baile en tu cara? Tú quieres que yo mueva los piecitos y la cabecita y de unos griticos Sano Muy sano todo En tu cara? Y que aplauda y me controle y me esté tranquilo Porque aquí tú estás pa vigilarla Pa recoger el play si el play se suelta Pa venir a la carga y hacerme el conduce Tú quieres que yo baile en tu cara Y que yo baile contigo Mirándome Así Me pongo Tímido Me pongo tímido Y el muchacho Que lo que es es tremenda loca Se pone tímido Y no baila Y mira a los policías Y a los perros Y a los cuatro raritos que saltan y que los demás miran como diciendo Ah porque tú saltas? Aquí tú saltas? De verdad? Y se pregunta por qué Mira tú Filósofo él Se pregunta por qué Le tienen Que meter Miedo Si él Lo que quiere Es que le metan Otra cosa

Ricardo Sarmiento Ramírez (Cuba, 1994) es un autor, director y artista visual. Sus piezas atraviesan la emigración, las intervenciones urbanas y el activismo. Han sido mostradas en diferentes eventos de arte contemporáneo como Berlin Calling Havana, Miami New Media Festival y bienal PerfoArtNet de Bogotá.
Fue miembro del Fórum Internacional del Theatertreffen en Berlín, obtuvo la residencia Watch&Talk del Zürcher Theater Spektakel y la residencia de escritura CanSerrat en Barcelona, y cursó el Seminario Intensivo para Dramaturgos “Panorama Sur” en Buenos Aires.
Sus obras más recientes son Diarios del miedo, estrenada en su apartamento en La Habana, en el año 2019. Acuario, un site specific en el Acuario Nacional de Cuba, una manifestación pacífica en la playa Mi Cayito, en 2019, Después, pídeme que te cuente todo lo que siento (Casa Tomada, Casa de las Américas, 2018) y Diez maneras de llamar a un perro muerto (La Habana, 2018).
Recientemente su texto No dirás la verdad obtuvo el Primer Premio de Teatro de la Fundación Casa de Teatro, en República Dominicana.
En Cuba colabora con ediciones sinsentido, el Laboratorio Escénico de Experimentación Social (LEES) y El Ciervo Encantado. Colabora también como asistente de dirección y dramaturgia en la pieza Granma. Trombones de La Habana (Stefan Kaegi, Rimini Protokoll, 2019).
Su vida se desarrolla entre La Habana y Berlín, o como el autor prefiere decir: “en una maleta”.
_
Fotos cortesía de Ricardo Sarmiento Ramírez, en portada una foto de Nathaly Polo.
Deja una respuesta