El silencio en las iglesias es cómplice del rechazo hacia las personas LGBTIQ+

Foto de portada: Elaine Saralegui, pastora de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, por Iano Coimbra.

A pesar de que en la Biblia no existe un solo modelo de familia, numerosas iglesias en Cuba han proclamado el diseño heterosexual con descendencia como la norma bíblicamente correcta y en ese sentido han desarrollado la campaña “Diseño Original”, para frenar el avance de los derechos de los colectivos LGBTIQ+ en el país.

A la campaña se han sumado hasta el momento más de 20 denominaciones encabezadas por la Iglesia Metodista en Cuba, lo que, unido al silencio de otras iglesias que pudieran tener una posición menos radical e incluso discretamente abierta sobre el tema, crean la ilusión de que todas las personas cristianas se oponen al matrimonio igualitario .

En medio de la cruzada que las iglesias fundamentalistas están librando en contra de los derechos de las personas LGBTIQ+, es más importante que nunca que nos visibilicemos como cristianos y cristianas desde nuestras múltiples identidades sexuales.

Sobre este tema conversamos con Elaine Saralegui, pastora de nuestra denominación, que hasta la fecha constituye la única en Cuba con un ministerio radicalmente abierto e inclusivo para todas las personas con orientaciones sexuales e identidades de género no hegemónicas.

Según su propia experiencia, es cierto que el criterio que predomina en los espacios religiosos es hostil hacia la comunidad LGBTIQ+, sin embargo un paso de avance es que existen algunas comunidades locales en donde los gays y las lesbianas –no así las personas trans– son acogidas, incluso ordenadas como pastores y pastoras mientras mantengan los detalles de su vida personal en estricto silencio.

A diferencia del resto de las iglesias, la mesa en ICM es abierta y no excluye por ningún motivo a las personas que quieran recibir el cuerpo y la sangre de Cristo. / Foto: Somos ICM en Cuba.

A diferencia del resto de las iglesias, la mesa en ICM es abierta y no excluye por ningún motivo a las personas que quieran recibir el cuerpo y la sangre de Cristo.

Aclara que incluso en esas iglesias, cuando celebran jornadas dedicadas a la familia, el modelo del que se habla es el modelo de familia heteronormativa, por lo que cualquier otra configuración familiar permanece invisibilizada.

No obstante, también asegura que hay pastores, pastoras, líderes y lideresas que están a favor de que las personas con identidades sexuales diversas sean bienvenidas sin prejuicios en los ámbitos religiosos, y para eso tienen que trabajar dentro de sus congregaciones y el resto de las estructuras que componen las iglesias.

Estas figuras son esenciales porque incluso en las comunidades donde el gobierno es congregacional, o sea, la congregación es la que determina ciertas cuestiones, en Cuba existe una especie de “pastorcentrismo” y por lo tanto es él o ella quien decide muchas cosas en el imaginario de las personas.

Explica que es imprescindible que los pastores y las pastoras que tengan la voluntad de abrir estos debates en sus iglesias comiencen a insertarlos en los sermones o en otros espacios como las escuelas dominicales.

Para la pastora de ICM, las comunidades evitan constantemente el tema de los colectivos LGBTIQ+ porque consideran que traería conflicto y separación dentro de la iglesia, así como ya sucedió antes con tema del acceso de la mujer al ministerio ordenado.

Sin embargo, a pesar de lo complicado del contexto, está segura de que es tiempo de que tanto las denominaciones como las personas que las integran comiencen a pronunciarse pues el silencio es cómplice de las discriminaciones.

ICM: una iglesia radicalmente inclusiva

A diferencia de lo que hemos creído durante muchísimos años, Elaine asegura que no tenemos que despojarnos de nuestra sexualidad para entrar en los espacios religiosos y que en la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, esta es vista y alabada como un don de Dios.

En ICM no solo es bienvenida la comunidad LGBTIQ+ sino todas las personas con las que estamos sentimentalmente conectadas.

“Nosotros vemos el mundo a través de la perspectiva del amor radical y la inclusión social de los más desamparados. Nuestro sentido de la justicia hace que nos cuestionemos nuestros privilegios todo el tiempo y nos impulsa a luchar porque todas las personas los tengan”.

“En ICM, nuestro sentido de la justicia hace que nos cuestionemos nuestros privilegios todo el tiempo y nos impulsa a luchar porque todas las personas los tengan”. / Foto: Somos ICM en Cuba.

“En ICM, nuestro sentido de la justicia hace que nos cuestionemos nuestros privilegios todo el tiempo y nos impulsa a luchar porque todas las personas los tengan”.

“La misión que dejo Cristo fue precisamente la de luchar por la justicia, y despojarnos del poder es el centro de la lógica de ICM: despojarte de los poderes que te ponen por encima de otros, incluso los poderes religiosos”.

El mensaje de las iglesias fundamentalistas en contra de los derechos de las personas con identidades sexuales y de género diversas, demuestra que para muchos el cristianismo sigue siendo una herramienta para someter cuerpos, lenguajes y culturas.

Despojarse de esta perspectiva colonizadora es el primer paso en la construcción de comunidades más sanas.

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Tomado del blog Somos ICM en Cuba

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