Foto por Iano Coimbra
Frente a la ampliación de los derechos de las personas LGBTIQ+ en Cuba, las iglesias se han agrupado alrededor de tres posiciones: las que ejercen violencia espiritual, las que hacen silencio y las que acompañan a estos colectivos en sus luchas desde la afirmación, explicó la Reverenda Elaine Saralegui durante su presentación en la VII Jornada Socio-Teológica: Identidades Sexuales y de Género no Hegemónicas, celebrada el 14 de diciembre en Matanzas.
Para la teóloga, entre las iglesias protestantes existen variedad de posturas que van desde las ultraconservadoras o fundamentalistas, hasta otras maneras de abordar el asunto quizás más interesadas en el diálogo, aunque manteniendo las premisas teológicas que han sustentado la exclusión hacia las personas sexo-género diversas en el país.
Explica que mientras en el primer grupo se ubican aquellas denominaciones que desde la reforma constitucional se han opuesto abiertamente al reconocimiento de derechos como el matrimonio para todas las personas, en el segundo encontramos congregaciones más cercanas a las teologías de la liberación, que han superado discusiones como la ordenación de la mujer al ministerio pastoral, pero que aún no dan un paso más allá en materia de cuerpo, sexualidad e identidades.
“A la hora de referirnos al comportamiento de las iglesias en Cuba con relación a este tema, hay que tener en cuenta la pluralidad de denominaciones que existen en el país, la influencia del pensamiento teológico dominante colonizador y patriarcal en materia de cuerpos, sexualidad y erotismo, y el contexto cubano, que como toda sociedad occidental está influenciado también por este pensamiento”.
“Los cambios que se han dado en materia de orientación sexual e identidad de género no se pueden ver aislados de aquellos que se han impulsado en el contexto global de la revolución sexual, en materia de derechos sexuales y estos impulsos son asumidos por algunas iglesias desde conceptos muy tradicionales de la moral sexual, del cuerpo, sustentados por interpretaciones teológicas y también por la dogmática religiosa”.
Durante su ponencia Las iglesias cubanas frente al avance de los derechos de las personas LGBTIQ+: violencias, silencios y afirmación, la pastora de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana en Cuba recordó algunas de las características de las congregaciones que ejercen sistemáticamente violencia espiritual desde posiciones fundamentalistas y supremacistas.
Entre ellas destaca el desacuerdo rotundo hacia los derechos de las personas LGBTIQ+, incluso en muchas ocasiones hacia el empoderamiento de las mujeres, que justifican a través de una lectura literal y acrítica de la Biblia, y que han empleado para hacer frente común contra varios de los progresos más significativos del sistema social cubano en estos temas hasta la fecha.
En cuanto a las iglesias tibias o conservadoras respecto a las personas sexo-género diversas, como llama Saralegui a las que se mantienen en silencio, asegura que “son iglesias donde también hay homofobia, lesbofobia, mucho más transfobia. Están acostumbradas a recibir a estas poblaciones mientras que corporalmente estén acordes al status quo, porque si los cuerpos empiezan a ser un poco subversivos se convierten en un problema. No subvierten nada, sencillamente hay una asimilación”.
Muches aseguran que tratar este tema con toda la transparencia, el diálogo y con el compromiso político que lleva, dividiría a las comunidades cristianas, una circunstancia que no todo el mundo quiere enfrentar porque implica perder determinados espacios de poder, considera la reverenda.
Acota además que, en su opinión, este silencio sobre el tema mientras que las iglesias fundamentalistas se oponen y violentan a las personas LGBTIQ+ constituye también una forma de ejercer violencia espiritual.
Finalmente, Elaine explica que una iglesia afirmativa es la que te recibe junto con tu familia, la que recibe a los cuerpos abyectos –un concepto esbozado previamente por la teóloga feminista Marilú Rojas–, la que recibe a la comunidad trans con toda su cultura, la que acompaña a la comunidad y se compromete con sus luchas.
En este último grupo ubica a la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, que hace apenas unos meses cumplió cuatro años materializando su ministerio radicalmente afirmativo de las personas con identidades sexuales y de género no hegemónicas.
Mencionó además el reciente nacimiento en Cuba de la Iglesia Nuevo Templo Inclusivo, creada por la Iglesia Apostólica Nuevo Templo Inclusivo de México, fundada el 7 de julio de 2013.
Según la investigación “Dios no discrimina: experiencia de tres iglesias cristianas incluyentes de la diversidad sexual de la Ciudad de México”, esta es una iglesia inclusiva evangélica pentecostal y apostólica, que predica que el amor de Dios es incluyente con toda la diversidad humana independientemente de razas, orientación sexual, posición social, y creen que lo homoafectivo no es por elección sino porque Dios creó todas nuestras identidades y sexualidades, comentó.
“Promueven una conducta cristiana que se refiere a caminar en santidad, lo que significa vivir dentro de los estándares bíblicos y morales, predican en contra del abuso sexual, el adulterio, la promiscuidad, la prostitución, al margen de cuál sea la orientación sexual y la identidad de género de la persona”.
Aunque considera que esta iglesia, en última instancia, apuesta por la asimilación al ordenamiento patriarcal –en la mencionada investigación, la pastora Gloria expresó que una de sus estrategias para lograr aceptación social es acercarse a la moral que la iglesia conservadora mantiene para los géneros– reconoce que es una iglesia que también está dando amparo y abriendo las puertas a la comunidad LGBTIQ+.
La VII Jornada Socio-Teológica: Identidades Sexuales y de Género no Hegemónicas, organizada por Abriendo Brechas de Colores y la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, se propone generar espacios de diálogo entre los discursos religiosos y seculares en torno a la garantía de los derechos humanos de las personas LGBTIQ+.
Deja una respuesta