Alrededor de doce voces confirmaron la importancia de ser una persona negra, queer y trans en el contexto cubano todavía tan blanco y colonial, como aseguró Odaymar Pasa Kruda al inicio del conversatorio Afroqueertransfeminismos en Cuba, Colombia y la Diáspora, organizado por Krudxs Cubensi y Posá Suto en el espacio Casa Tomada Mirarte de Marianao, el pasado viernes 10 de enero.
Para Myrna Rosa Padrón Dickson, quien se presentó como un espíritu liberto y hermana mayor de la casa, este es un tema que muchos medios y culturas no quieren tocar pero sobre el que indiscutiblemente hay que dialogar.
El carácter interseccional de las discriminaciones, la frecuente desconexión entre los colectivos LGBTIQ+ y antirracistas, la necesidad de crear alianzas entre estos grupos, la vinculación del arte con el activismo, los riesgos de proyectarse como activista en el contexto cubano y la violencia policial hacia las personas trans negras, fueron temas sobre los que les panelistas insistieron en cada una de las presentaciones.
La percusionista Débora del Carmen Mesa, de 70 años, contó que como bailarina del Conjunto Folklórico Nacional realizó 87 giras internacionales a pesar de ser negra y pobre, por eso dice que le debe mucho a este sistema. “Yo llegaba a esos países y me decían: ¿pero tú negra estás en un hotel cinco estrellas? ¡Tú eres de Castro! Y yo decía: No, soy artista y me lo he ganado con mi sudor”.

Débora vive con una mujer hace 20 años y explica que aunque al principio no la aceptaron decidió que su amor propio y el de sus hijes bastaban para llevar la cabeza en alto. “Soy feliz –aseguró- porque me siento realizada”.
Raúl Soublett, coordinador de Alianza afro-cubana, un proyecto independiente y autónomo que trabaja por visibilizar los derechos de las personas afrodescendientes y la comunidad LGBTIQ+, explicó que antes de llegar al activismo hace tres años estaba totalmente ajeno a las luchas antirracistas y de las personas sexo género diversas.

“Gracias a mi pareja, que me llevó por primera vez a espacios similares a este, empecé a conocer, a ver cosas que no veía, con otros ojos, aprendí a cuestionar cositas que quedan sueltas en las que tenemos que trabajar como el tema racial”.
Las acciones de la Alianza transcurren principalmente en el Callejón de Echevarría del Cerro, aunque también se mueven de forma itinerante en colaboración con proyectos como Nosotrxs y la Casa Tomada Mirarte, y activistas como Lidia Romero Moreno que al decir de Raúl, les han ayudado a conocer otras aristas del tema LGBTIQ+.
Entre las actividades más importantes que han organizado se encuentran el Festival Afroconciencia, sobre el cuidado del cabello afro y la celebración de la identidad, los ancestros y la africanidad, y el espacio de Cine Afrodiaspórico.
Argelia Fellove, habló del reto que ha significado emprender el proyecto Afrodiverso justo en el corazón de un barrio habanero casi rural como Párraga, donde existe mucha homofobia, fundamentalismo religioso y le han colgado “todas esas etiquetas que le ponen a uno” cuando trabaja desde un pensamiento crítico y coherente con el contexto que vive el país.

Uno de los objetivos de Afrodiverso, comentó su coordinadora, es visibilizar a las mujeres negras lesbianas y bisexuales desde el arte del transformismo, donde son discriminadas pues en la mayoría de los lugares donde se trabajan estos temas los transformistas son femeninos y a las mujeres ni las llaman.
Según Myrna, Casa Tomada Mirarte está llena de la espiritualidad de quienes la habitan y visitan desde hace cuatro años. “Hemos abierto las puertas para el intercambio del arte pero también para el intercambio de saberes y entre esos saberes está precisamente la cultura queer y el feminismo, en diferentes variantes”.

Dijo que en medio del machismo, el sexismo y la homofobia que persisten en el país, es necesario fortalecer la unidad del pensamiento que se propone una transformación social, que valora lo diferente y lo diverso. “Para eso está la casa y estoy yo acá acompañada por ustedes”.
La artivista Nancy Cepero, de la colectiva Nosotrxs, compartió que parte de su crecimiento en cuanto a conciencia racial y otros tipos de conciencia está muy plasmado en su trabajo como artista plástica. “En los primeros momentos no tenia una autoreferencia, digamos, exacta. No tenía una visión de lo que era la comunidad afrodescendiente y mi propia imagen [estaba] totalmente distorsionada porque los referentes no tienen nada que ver conmigo, con mi familia, con mi comunidad, sobre todo los referentes académicos”.

En ese proceso de búsqueda de una autorrepresentación no solo de su persona, sino de sus vivencias y de la comunidad en la que se desenvuelve y es feliz, conoció a Diarenys Calderón y Afibola Sifunola, con quienes fundó la colectiva Nosotrxs en 2018, una plataforma donde las personas negras afrodescendientes y queer pudieran tener un lugar de convivencia y fueran aceptadas con todas sus identidades.
Comentó que muchas veces existe una división entre los espacios donde se discuten fuertemente temas de racialidad pero la identidad queer no es bien vista del todo, de la misma manera que en espacios de activismo LGBTIQ+ desafortunadamente se evidencia racismo.
“[Esta división] no tiene ningún sentido porque la lucha es una sola, las discriminaciones todas nos tienen divididos, separados y sin revolucionar realmente todo lo que debería ser revolucionado. Lo importante es lograr estos puntos de conexión donde se entienda, entre otras muchas cosas, también la interseccionalidad y la necesidad de crecer y de avanzar juntes como comunidad pero entendiendo las necesidades específicas de todes”.
En ese sentido, Nomi, quien se presentó como una chica cubana, afrodescendiente y orgullosamente trans, está convencida de que en el activismo nadie debe sentirse atado a la lucha de su comunidad, sino que la alianza entre todes es fundamental.

“Hay enemigos comunes que dividen, segmentan, seccionan y el empoderamiento es vital, la unión es vital. Creo que todes estamos transversalizados por la misma discriminación”.
Como mujeres negras y trans, Max Fonseca aseguró que para ella y para Nomi las circunstancias en Cuba son terribles. “El mundo en el que estamos nosotras es demasiado fuerte y duro”.
“En Cuba es inevitable la discriminación de la policía, que constantemente puede ver una mujer biológica y no la paran, ahora, ven a una mujer trans y la paran. No sé el porqué. Hacen como que bullying a que te estás prostituyendo porque piensan que como eres mujer trans tienes que prostituirte, pero -¡loco!- no es así”.

“Hay muchas mujeres trans que se prostituyen porque no tienen nivel de escolaridad o no les da la gana de trabajar pero hay otras personas que sí trabajan, como nosotras, estamos integradas a la sociedad. Somos mujeres que verdaderamente queremos triunfar, empoderarnos y creo que generalizan por completo a las mujeres trans”.
“Tenemos muchas cosas buenas y experiencias lindas con el proyecto Nosotrxs, con este grupo espectacular que estoy conociendo ahora, pero no todos mis días son así espectaculares, he vivido crudeza de verdad por no aparentar ser una mujer completa”.
“Me hacen bullying porque hay muchas personas que pasan el lente y dicen: ¡ay sí, qué linda, es una mujer, no se le ve nada, no se le nota! Entonces –cuestionó– a las que se les nota que son mujeres trans, ¿tienen que ser discriminadas?”.
Jess y Verónica, activistas negras, queer y feministas colombianas compartieron la experiencia de Posá Suto, un espacio que crearon en Bogotá para que las personas negras queer, no binarias, género inconformes, como sea que se identifiquen tuvieran un contexto respetuoso.

Verónica confesó que la convocatoria a la gente de la comunidad todavía es complicada porque “a pesar de que hay muchas personas negras en Bogotá, las personas negras queer son muy invisibles y muchas veces se mueven en contextos blancos”.
“Nos toca decidir si estar con gente negra pero sin ser visiblemente maricas, o ser maricas pero con gente blanco-mestiza, como les decimos allá, que son más abiertas al tema LGBT pero también son racistas”.
Otros de los propósitos de la casa, explicó, es ofrecer un lugar donde la gente pueda sanar, por lo tanto realizan diferentes actividades: cine foros de directores negros y negras, con temáticas como la transfobia, la homofobia, el racismo y el feminismo negro, un espacio de karaoke que titularon “Maricrófono prieto abierto”, talleres sobre violencias en los cuerpos de las mujeres negras con lideresas de barrios de la periferia y recientemente empezaron una escuela de salud sexual y reproductiva para niñes y adolescentes.
El conversatorio favoreció reflexiones como la de Siria, una de las integrantes de Casa Tomada Mirarte, quien pidió una disculpa pública por sus actitudes hacia las mujeres lesbianas y queer en el pasado.

“Hace más o menos 4 años, cuando no tenía nada que ver con este mundo, fui de las que utilizó la frase ¿Por qué no montan a esa gente y las mandan a la India? No voy a hablar de todo lo que aprendí, ya estoy aquí”.
Mel Herrera, autora de la página en Facebook Querida Diaria, también intervino en el espacio, donde se describió como “una chica trans, en mi proceso, en mis cosas, mis vivencias, me gusta la escritura… soy una ladrona de historias”.

Dice que con la escritura, que es lo que hace y le gusta, quiere dar voz a otras chicas. “Pienso que en Cuba hoy lo que yo puedo hacer por las personas trans es eso, contar las historias”.
Por último, Odaymar Pasa Kruda habló sobre la experiencia del grupo Krudxs Cubensi, que se fundó en el año 1999. “Desde ese tiempo hasta el año 2006 estuvimos dando guerra en el hip hop, fajándonos con todo esos machones, [para] que entendieran que también las personas queer hacemos rap, que también las personas lesbianas existen dentro del rap. Fue fuerte, fue intenso pero igual fue magnificente, nos hizo crecer mucho como personas”.
“Me acuerdo que en aquel momento venían los turistas, blancos más que nada, a filmar el hip hop y a querer hacer una entrevista a las raritas dentro del rap, las queer, las extrañas, las feministas. Me acuerdo que le cobrábamos las entrevista a los yumas y nos decían: ¡pero nadie cobra por entrevista! Es que somos otra cosa, ¿no te das cuenta?”.
“En el año 2006 por cuestiones de la vida, porque sí, porque ya no aguantamos más nos fuimos del país”.
– “Fuimos a vivir… al monstruo –se ríe y bromea– ¡Nos fuimos con el imperialismo yanqui por ahí pa´allá!
– “¡A rasssparle las entrañas al monstruo!” –Alguien sugiere.
– “¡A recoger lo que nos toca!” –Replica Odaymar.
“Llevamos 12 años entre allá y el mundo. Hemos tenido la bendición de expandir nuestro arte. Estoy muy orgullosa de haber nacido en esta tierra que me formó pa` que me pusiera letal cuando yo saliera”.
“No hemos parado de hacer música, videos, encuentros, talleres como este en muchos países donde hemos estado. Para mí hoy es un honor tener en el panel a Nomi, a Max, a Mel, porque hay que luchar y saber cuáles son las prioridades”.

“Ahora mismo la vida de las personas trans negras son la prioridad de este mundo, la vida de las mujeres negras, de las mujeres negras gordas, de las diversidades, de todo lo que sea negro es la prioridad en este mundo. Ese es el propósito de mi arte, de mi vida, de mi lucha: hacer entender que somos magnifiques a pesar de todas las cosas que nos han pasado”.
“Estoy feliz porque a pesar de las divisiones en la comunidad, sí siento que ha habido un despertar, que la gente se está poniendo en talla. Siento que [aunque] el discurso muchas veces del racismo, del colorismo, de la apropiación cultural en Cuba esté en un nivel que no está en el mundo, podemos hablar, podemos conversar y este es un precedente para poder entender”, dijo.
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