Yelieen dice que todavía siente sobre ella las miradas cuestionadoras de muches profesionales de la salud, quienes víctimas de sus propios prejuicios no comprenden que una persona trans haya llegado tan lejos.
Sin embargo, nada de eso interfirió con su determinación de convertirse en una doctora o hacer su especialidad en Psiquiatría, que cursa como residente en el Hospital Calixto García, de La Habana. Su mensaje para otras personas trans es sencillo pero potente: lo más importante, aunque el camino sea difícil, es seguir siempre tus sueños y tu vocación.
¿Por qué estudiaste Medicina?
Estudiar Medicina fue un sueño hecho realidad. Creo que desde que nací, al mismo tiempo que me otorgaron un nombre me otrogaron esta profesión. De niña siempre me gustó el rol de doctora. Tal vez la inspiración vino de las disímiles consultas médicas a las que tuve que ir por ser “diferente”, me motivaron a seguir el camino hasta alcanzar esta deseada profesión.
¿Cómo te recibieron tus compañeres de estudios, les profesores, la administración de la facultad?
Llega un momento en la vida donde dejas de prestarle importancia a las personas tóxicas que quieren hacer imposible tu existencia. Soy una mujer emprendedora, que he demostrado de lo que soy capaz dentro de la sociedad. Me gradué de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana con Título de Oro y fui la Mejor graduada de la promoción 2017, la alumna más integral.
Todo esto me llena de mucho orgullo pues le demostré a todos aquellos que se burlaron, que me señalaron con el dedo, que me hicieron el camino más largo, que yo pude lograrlo. Y si yo pude, todas las personas trans que se lo propongan lo van a poder lograr.
¿Qué apoyos tuviste en ese tiempo?
Considero que el apoyo más grande y más necesario que he tenido en la vida es el de mis padres, que nunca me dejaron sola, que jamás se rindieron y estuvieron a mi lado durante todo el proceso formativo, sin importarles cómo era sino quién era.
Del Cenesex también tuve un apoyo incondicional en el momento que lo necesité pues intervinieron por mí cuando en algún momento de la formación quisieron cortar mis alas e intentaron cambiarme.
¿A qué te refieres?
Por ejemplo, tuve un profesor que me dijo que no me podía sacar más las cejas ni llevar carteras en vez de mochila. Acudí a Cenesex y de inmediato solucionaron el problema a nivel del Ministerio. Siempre les estaré eternamente agradecida.
A la vez, tuve compañeros y profesores que apostaron por mí y no dejaron que me lastimaran. Conocí muy buenas personas que ante cualquier burla o intentos de estas, sacaban la cara por mí de inmediato. Es más, tuve una bonita relación de pareja con otro alumno de la universidad y todo el mundo nos respetaba.
¿Qué retos específicos tiene expresar una identidad trans en el ámbito de la salud?
El reto es enorme teniendo en cuenta que la comunidad médica es mayormente masculina, aunque también hay mujeres que son incapaces de entender la identidad trans. Creo que también es debido a su formación, porque hasta hace muy poco se entendía la identidad trans como una patología y durante el período de estudio la expresaban como tal a los alumnos.
Todavía hoy son muchas las miradas que caen en mi espalda pero no me preocupan, me enfoco en lo que me hace crecer como persona y como profesional, siempre soñando con una Cuba sin prejuicios sociales.
¿Crees que es importante que las personas trans que trabajan en el sistema de salud expresen su identidad de género libremente?
Creo no, estoy convencida de que así es como debe de ser. Los seres humanos tenemos el derecho de expresar nuestra identidad libremente estemos donde estemos, y deberían hacerse cumplir las leyes en todos los escenarios docentes y laborales.
Sé de muchos profesionales de la salud que hoy no trabajan por no dejar a un lado su identidad de género, porque no quieren “disfrazarse” de lo que no son por tener un empleo. Obviamente desconocen que existe una institución estatal como Cenesex que asesoraría legalmente el proceso laboral.
¿Qué le dirías a las personas trans que sienten vocación por las profesiones vinculadas a la salud?
Les diría que sigan sus sueños y su vocación, que no deben frenar sus metas por nada ni por nadie. Considero que lo más importante es estar seguras de quiénes somos y hasta dónde queremos llegar. Perseguir el sueño, cualquiera que sea, sin descanso.
El camino no será fácil, los tropiezos serán enormes, nunca faltará quien ponga frenos, pero solo el anhelo, la vocación y el esfuerzo enorme son suficientes para lograrlo. Pertenecer al “Ejército de batas blancas” es algo increíble, solo los que amamos estas profesiones lo podemos entender. Salvar una vida, para mí, es lo más genuino que existe en el mundo.
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