Editorial
Imagen tomada del sitio web Tiempo de San Juan
El lenguaje inclusivo neutro en Q de Cuir no fue algo que decidimos, que consensuamos o establecimos como parte de las normas editoriales. Si la historia pudiera contarse de manera tan simple, diríamos que un día nos sentamos a escribir y salió naturalmente, porque Q era una revista para nosotres.
Nunca nos pasó por la cabeza que pudiera ser de otra manera y aunque el ejercicio de pensar y hablar con lenguaje inclusivo neutro es eso: un ejercicio, y como tal hay días con más entusiasmo que otros, o con mejor rendimiento, resulta que es más fácil ir al gimnasio cuando tu motivación es destruir el patriarcado (que #SeVaACaer).
El anuncio reciente de que la RAE incluía el término “elle” en su Observatorio –una especie de Purgatorio de la lengua para ganarse el pasaje al Diccionario–, la más reciente decisión de retirarlo –obviamente no pasó la prueba– y las reacciones que todo el asunto generó en el mundo y en nuestro país, son un recordatorio de por qué en Q el lenguaje inclusivo neutro es un principio… y lo seguirá siendo.
- En nuestra revista nos resistimos a perpetuar un cis-tema donde el hombre es el centro y medida de todas las cosas.
- Las personas para y con las que hacemos esta revista no quieren reproducir una visión binaria del mundo.
- Comprendemos el lenguaje como una forma de resistencia contra un cis-tema que no nos da el derecho ni las herramientas para nombrarnos.
- Creemos que el lenguaje no es solo un resultado de una realidad determinada sino que la genera y la reproduce, le da vida y muerte también.
- En Q no nos interesan las “buenas maneras de hablar”, sino las “buenas manera de existir”, y nunca pondremos el bienestar de nuestros colectivos al servicio de unas normas que nos dañan.
- Porque ya sabemos que nombrar correctamente a una persona que está construyendo su identidad es una fuente de felicidad para ella, mientras que nombrarle arbitrariamente con un masculino, o incluso un femenino que tampoco le describe, le produce malestar.
Quienes piensan que el lenguaje inclusivo neutro es una batalla infructuosa o menor, solo tienen que ver a la RAE debatiéndose sobre si subirse a la ola o plantarse obstinadamente como la institución conservadora que es mientras intenta frenar una realidad que se le escapa entre las manos como si fuera agua.
Titulares como Adiós ‘todes’ y ‘todxs’: la RAE rechaza lenguaje inclusivo, RAE: “El género gramatical no puede modificarse por decisión de unas personas” y No al ‘todes’: la Real Academia Española le puso un freno al lenguaje inclusivo, ponen en evidencia a una estructura nerviosa que pretende que la realidad se supedite a su propia rigidez.
Por supuesto, su rigidez es selectiva. Ahora mismo dentro del Diccionario de la RAE se han admitido palabras que muches consideraban incorrectas como “otubre” y otras que a pesar de que se usan no imaginaríamos que estén reconocidas, como “amigovio”, pero el libro se cierra para otros cambios más significativos y necesarios como “elle”, como pudimos constatar hace apenas unos días.
Es curioso que las críticas más… enérgicas, que hemos recibido a lo largo de estos meses de vida, tengan que ver precisamente con el uso del lenguaje inclusivo neutro. Es “curioso” también que la mayoría hayan venido de hombres cisgénero, enardecidos porque les estamos mutilando su lenguaje.
No les vamos a mentir: ¡nos encantan algunos de esos mensajes! Los compartiríamos más a menudo con ustedes, pero el tiempo, que es implacable, no deja chance a veces para otra cosa que no sea gestionar y publicar contenidos que nos parecen más importantes.
Han escrito a nuestra página de Facebook para insultarnos, para darnos clases de lingüística y gramática, han comentado en perfiles de quienes comparten nuestros artículos increpando el uso de la “e” y la “x” en los textos. Incluso en intercambios con personas del ámbito de la comunicación, a la vez que opinan que hay demasiados temas urgentes que atender como para dedicarle espacio al lenguaje inclusivo neutro, han terminado centrando el debate precisamente en ese tema.


El blog Religión en Revolución compartió el artículo Cuba para Cristo no es con todes ni para el bien de todes y cercenó no solo el título, sino el cuerpo del texto, donde eliminó todos los recursos de lenguaje inclusivo neutro que encontró a su paso.

Apostar por el lenguaje inclusivo neutro implica todos los días un grupo de riesgos para la revista: perder audiencia que prefiere no leer o no compartir nuestros contenidos, perder incluso credibilidad como un medio de comunicación y como profesionales, pero también implica la satisfacción de saber que hacemos todo lo que está a nuestro alcance para contribuir a un mundo donde el lenguaje sea una herramienta para la liberación y no para la opresión, para la representación y no para la marginación con base en el género.
La RAE que se dé el lujo de ceder a sus miedos y a las presiones conservadoras, en Q no queremos.
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