Peor el médico que la enfermedad

Por Lisney Romero Céspedes | “Con la moral rota, el alma destrozada y las tetas escondidas, me fui a mi casa. Salí de aquel hospital, en medio de una ola de gente y un ataque de pánico, empujando y maldiciendo, respirando, pero sintiendo que me ahogaba, pensando en que estaba mejor en mi casa, aguantando el dolor.”

Crea un sitio web o blog en WordPress.com

Subir ↑